El libro de Santiago, a pesar de que fue escrito aproximadamente en el año (44 D.C.), a un grupo de creyentes judíos que habían sido dispersados debido a la persecución de Herodes Agripa I (Hechos 12:1-2), sin duda alguna, pareciera que el autor hizo una exhaustiva investigación a nuestras propias vidas como creyentes en la actualidad. Alguien dijo: «Santiago empezó a ver nuestro andar Cristiano agarró su pluma y empezó a escribir». Santiago enfatiza básicamente su carta en una fe práctica, que destaca no el conocimiento teórico, sino la conducta piadosa.
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