Escrito por Jorge Boscan

1 de mayo de 2021

Leer Santiago 5:7-11

Cada día, 12 iglesias o edificios cristianos son atacados. También 12 cristianos son arrestados o encarcelados injustamente, mientras que otros son secuestrados.

Este es parte de la Lista Mundial de la Persecución 2021 (LMP), el último reporte anual publicado por Puertas Abiertas acerca de los 50 países donde los cristianos sufren más persecución por seguir a Jesús.

Las estadísticas acerca de la persecución que sufre el pueblo de Dios en todo el mundo deberían ser una señal de la muerte de la iglesia: de cristianos guardando silencio, de gente perdiendo su fe y distanciándose uno de otros”, pero la realidad que eso no está pasando. Por el contrario, vemos que la Palabra de Dios reveladas al profeta Isaías llenarse de vida y color:

¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo camino en el desierto, y ríos en lugares desolados

Isaías 43:19, NVI

El capítulo 5, versículos 1 al 6, Santiago reprendió con aspereza a los ricos opresores que abusaban de los justos pobres. En los versículos 7-11 cambia el centro de su atención de los perseguidores a los perseguidos, moviéndose, de la condena a los infieles ricos opresores, a consolar a los fieles pobres maltratados. Santiago con una actitud pastoral, exhorta a los pobres que sufren, a los perseguidos injustamente a mantener la paciencia en las pruebas con la gente y circunstancia en la vida cristiana.

Paciencia al regreso del Señor.

Santiago 5:7

En el sentido de consuelo y esperanza Santiago exhorta a los creyentes a soportar con paciencia las diversas pruebas y esperar la venida del Señor.

Por tanto. Hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor

Santiago 5:7

La paciencia que nos habla Santiago se refiere a soportar a personas difíciles dentro de la iglesia como fuera de ella. Diferente de la “paciencia” en Sgto. 1:3-4, que nos habla de las circunstancias adversas dentro de la iglesia. Ambas son esenciales. La paciencia no es más que la norma de justicia que Dios espera que todos creyentes sigan a pesar de sufrir prueba. Por tanto, la paciencia bajo persecución se convierte, en una auténtica prueba de fe para todos los creyentes en el Señor Jesús.

Lo que ustedes necesitan es tener paciencia; para que, una vez que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido

Hebreos 10:36

Dicha paciencia debe permanecer hasta la venida del Señor. Pues, cada uno de nosotros debe vivir con la esperanza y la certeza del regreso de Cristo, así lo describe el apóstol Pedro de la siguiente manera: “Mas el fin de todas las cosas se acerca: sed, pues, sobrios, y velad en oración.” (1 Pedro 4:7; 2Ti: 4:8)

Y, para reforzar la idea de la paciencia a los creyentes, emplea una ilustración sencilla y directa en el tiempo de siembra, “Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y tardía.” (Sgto. 5:7b)

Paciencia afirmando corazones

Santiago 5:8

Siendo la paciencia un enfoque práctico, Santiago exhorta también a:

tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor está cerca”

Santiago 5:8

Esta palabra “afirmad” está en un tono imperativo. Es decir, tener la resolución, un valor sólido, una actitud de compromiso a permanecer en el rumbo, no importa cuán fuerte y constante sea la prueba. No nos dejemos arropar por los problemas. Hay que recordar las palabras de Pablo:

…que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperado; perseguidos, mas no desamparados; derribados; pero no destruidos”

2 Corintios 4:8-9 RV60

Lo que quiere decir, mientras nuestras vidas son guiadas por el Espíritu de Dios, tenemos la responsabilidad de mantenernos firme y en santidad. Los cristianos no deben vivir “a la buena de Dios” ni tampoco deben ver la vida cristiana como algo que exija un esfuerzo propio legalista. En vez de esto, deben vivir como si todo dependiera de ellos, sabiendo que todo depende de Dios (cp. Fil. 2:12-13).

Pide con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento”y advirtió: “No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Santiago 1:6-8

Paciencia sin murmuraciones ni quejas

Santiago 5:9

Vivir en circunstancias difíciles, puede hacer que nos sintamos frustrados y nos quejemos los unos con los otros, como lo describe el pasaje.

“Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que nos seáis condenados; he aquí, el juez está delante la puerta”

Santiago 5:9

Un espíritu amargado y resentido que se manifiesta en las relaciones de uno con los demás, siempre estará viviendo en conflicto con sí mismo. De manera que Santiago da a sus lectores un sencillo pero poderoso motivo para evitar queja amarga. Pablo en su carta a los filipenses les pide:

Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de la cual resplandecéis como luminaria en el mundo.

Filipenses 2:15-15 RV60

¿Cuál sería el motivo de dicha advertencia?

Los que no conocen al Señor, enfrentarán el juicio final y su resultante sentencia de condenación y castigo eterno. Pero incluso los creyentes serán juzgados. “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo”, escribió el apóstol Pablo, “para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”

Ejemplos de paciencia y aflicción

Santiago 5:10-11

Al final de su exhortación, Santiago alienta a los creyentes a soportar los sufrimientos injustos, de aquellos que decían ser seguidores de Cristo, pero con sus actitudes negaban al Señor.

Hermanos míos; tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor…habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor”

Además de los profetas, en el Antiguo Testamento, hay un personaje lleno de tragedia y calamidades como lo fue Job. La biblia lo describe:

“Hubo en la tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto, y recto, temeroso e Dios y apartado del mal”

Job 1:1

Esto implica, no porque somos hijos de Dios, escogidos para su gloria, no tendremos aflicciones. Los dos ejemplos (los profetas y Job), como el de nuestro Señor Jesús, nos asegura que pasaremos por aflicción. Pero que recibiremos las bendiciones que nos esperan en el cielo, porque el Señor es misericordioso y compasivo.

Conclusión

Toda prueba, sufrimiento o persecución que afronten los cristianos, puede soportarse con paciencia por medio de la esperanza de la venida del Señor, afirmando los corazones de los creyentes, sin murmuraciones o quejas y teniendo como ejemplo a hombres fieles al Señor.


Por Pr. Jesús Idrogo

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