Escrito por Jorge Boscan

5 de junio de 2021

Leer 1:2-12

Como seres humanos, es muy fácil olvidar algunas cosas importantes, es por eso que necesitamos alarmas y señales que nos recuerden algunas fechas, compromisos o eventos que debemos atender. La biblia está llena de estos recordatorios, los autores bíblicos se ocuparon de dejarnos la Palabra de Dios para enseñarnos y recordarnos lo que Dios quiere para nuestras vidas y también podemos ver algunos ejemplos que nos enseñan grandes lecciones.

En particular, el libro de Joel, nos hace grandes e importantes recordatorios; por un lado, nos enseña lo terrible de las consecuencias del pecado, de una manera dramática  y poética, nos recuerda lo que paso con el pueblo de Dios en tiempos antiguos, y por el otro, observamos que a pesar de nuestro pecado, siempre podremos contar con las misericordias de Dios para perdonarnos.

Llamado a la atención

Leer Joel 1:2-3

El libro de Joel expone la palabra de Dios para un pueblo que estaba en pecado y se había desviado del camino que Dios le había enseñado. Por esto, el versículo dos, comienza con un llamado a la atención de manera imperativa, “oíd” y “escuchad”, con estas palabras quiere que prestemos mucha atención a lo que va a decir porque es importante.

No solo hace un llamado a atender sus palabras, sino que en el versículo tres, manda a que sea contado de generación a generación, y esto nos incluye a nosotros, debemos prestar mucha atención a la Palabra de Dios porque si nos descuidamos y no oímos ni atendemos lo que tiene que decirnos, las consecuencias pueden ser mortales.

Una gran tragedia

En los versículos 4 en adelante, empieza a contar sobre un gran desastre que afectó la vida de todo un pueblo, lo que iba a contar era tan grave que jamás se había visto algo similar antes de que esto ocurriera.

…¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?

Joel 1:2b

De manera poética, El profeta Joel describe como una gran plaga de langostas asoló y daño toda la tierra del pueblo de Jerusalén   todo lo comestible había sido consumido por esta plaga, sus tierras se volvieron desiertos, imposible de producir lo necesario para el sustento del pueblo y de sus animales.

Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.

Joel 1:4

La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.

Joel 1:12

Sufrimiento de todo el pueblo

Las consecuencias de estas plagas eran terribles, el dolor y la angustia afectaba a todas las personas, el profeta menciona a tres tipos de personas que simbolizan a todo el pueblo.

Por un lado estaban los borrachos, aquellos que estaban embriagados en sus “deleites” y a causa de la escasez, debían “despertar” de su embriaguez y llorar y gemir porque ya no tenían cómo seguir con sus vicios.

Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.

Joel 1:5

No solo afectó a los borrachos, también los sacerdotes de Jehová se vieron afectados, pues no podían hacer su trabajo de ofrendar y expiar al pueblo por la mortandad de los animales ya que el pasto había sido consumido por la plaga.

Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo.

Joel 1:8-9

Y por último, el profeta menciona a “labradores y viñeros”, que no podían hacer su trabajo porque no había mies para sembrar, todo se había perdido a causa de la plaga.

Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo.

Joel 1:11

El pecado trae consigo lamentos, llantos, dolor, angustia y luto, y es tan grave que afecta a todos, pero hasta eso usa Dios para mostrar su gloria y misericordia, pues más adelante observaremos como Dios ofrece su misericordia para aquellos que se arrepienten de verdad y se vuelven a Él.

Conclusión

El llamado para todo creyente es a prestar atención a la Palabra de Dios y responder en obediencia; recordando lo que Dios estipulo en su Palabra para nuestras vidas y vivir en consecuencia. Esta gran plaga que afectó tanto al pueblo, nos enseña que debemos considerar que así es la paga del pecado, el pecado traerá consecuencia en nuestras vidas y debemos ser consciente de ello, sin embargo, Dios es misericordioso y nos perdona si de verdad nos arrepentimos y depositamos toda nuestra confianza en Él.


Por Jesús Rivera

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