Escrito por Jorge Boscan

8 de agosto de 2020

Leer Jonás Capítulo 1

Al día de hoy, hay pocas personas en el mundo que no han oído hablar de Jonás y el gran pez. Todavía hay muy pocas personas que han tomado el tiempo de leer y estudiar la historia real de este profeta del Antiguo Testamento y su asombrosa carrera.

El libro de Jonás no es simplemente la historia de un gran pez que se tragó a un hombre, es lo que primero piensas cuando te preguntan ¿qué sabes de Jonás?, en realidad es un libro que contiene cuatro capítulos, y nos deja una gran enseñanza y, sobre todo, en el que podemos ver la voluntad soberana, la inmensa misericordia y la gracia de Dios para con todas las personas.

La actitud de Jonás

Lo primero que vemos es que Jonás fue un profeta que debido al odio que guardaba en su corazón por aquel pueblo que le hizo tanto daño, Nínive, tuvo una de las reacciones más frecuentes que encontramos en un ser humano cuando aún no ha perdonado y guarda dolor en su corazón. Y esa actitud es la de total indiferencia e insensibilidad ante su peor enemigo.

Esto llevó a Jonás hasta el punto de negarse y huir de Dios para no cumplir con su misión. Nínive era aquel pueblo que se convirtió en su peor enemigo. (Jos. 1:3)

El plan de Dios

Lo segundo, Dios tiene un plan y propósito para que se cumpla Su voluntad, a pesar de la negativa de Jonás en llevar un mensaje de arrepentimiento y salvación a Nínive, él ignoraba el medio que Dios había elegido.

Lo que me lleva a una pregunta: ¿Y tú? ¿Qué harías si Dios te manda a dar el mensaje de salvación a tu peor enemigo?

Cada día vemos en las noticias el reflejo de la maldad humana que va en aumento (violaciones, maltratos, asesinatos, guerras, etc). Pero aun con todo estamos llamados a perdonar y amar a nuestro enemigo: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. (Mat. 5:43-44)

Y también a predicarles el evangelio de salvación para que procedan al arrepentimiento y Dios transforme su vida. En el libro de Marcos dice:

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

Mc. 15:16-17 RV60

No somos Dios para decir quién puede o no arrepentirse, porque no hay acepción de personas para con Dios (Romanos 2:11). Así mismo nuestros enemigos tienen derecho a ese arrepentimiento. No es nuestra tarea el decir quien tiene derecho a arrepentirse y quién no, pero desafortunadamente con frecuencia nos encontramos en las iglesias a personas que se han autoproclamado jueces y se disponen a decidir quién puede arrepentirse y quién no, lo cual es un trabajo que le corresponde a Dios.

Lo tercero y último. Aunque Jonás no quería ir a predicar el mensaje de arrepentimiento a Nínive, pensó que la forma de no cumplir, era sacrificándose en un esfuerzo para salvar la vida de los que estaban en el barco. (Jos.1:11-12).

Pero Dios en su soberana voluntad tiene todo bajo control, y una vez Jonás arrojado al mar, Dios tenía preparado un gran pez, donde permanecería por tres días y tres noches.

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.”

Isaías 55:8 RV60

Conclusión

Eso fue lo que le paso a Jonás: Dios le dio la misión de llevar el mensaje de arrepentimiento al pueblo de Nínive, pero claro, Jonás no quería hacerlo porque ese pueblo era su peor enemigo.

¿Acaso Dios no nos enseña a amar a nuestro prójimo? ¿A amar a nuestro enemigo? ¿Cuál es el ejemplo que nos dejó Jesús, el hijo de Dios? ¿Y si no, para qué murió en la cruz? “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). RV60

Por lo tanto, el mensaje del evangelio lo podemos resumir en estos versículos: Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.” Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas’ (Mateo 22:37-40).

Por eso, una vez más decidamos amar a todos sin hacer acepción de personas, incluyendo a nuestro enemigo. Pero tú pensarás que no es fácil amar cuando te han hecho cosas que, desde nuestro punto de vista humano, nos llevan a decir: ¡esto no tiene perdón! Sí, es verdad, no lo niego, no es fácil. Pero eres tú el que decides. Como también decides si te arrepientes o no.


Ps. Jesus Idrogo

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