Escrito por Jorge Boscan

20 de noviembre de 2021

Hace unos años atrás, fui invitado a formar parte de un grupo de jóvenes que iban a ser entrenados para “servir” en un reconocido restaurante de comida rápida, que iba a abrir sus puertas en la ciudad. Recuerdo claramente las instrucciones que iban dirigidas a servir de manera rápida, limpia y sin titubeos a aquellos comensales que llegaran al lugar, tratando de dejar una impresión a primera vista que enganchará a los clientes en todo sentido: Rapidez, buen servicio, pulcritud y atención de primera. El cliente tendría la razón, y no existía ningún motivo o situación que llevará a cambiar esa opinión, pues, la idea era que cada cliente volviera y se convirtiera en un promotor de la atención integral que recibía en el lugar.
Gracias a Dios en el caso del ministerio recibido del Señor, la razón última siempre la tendrá el Dueño del “restaurant” y no los clientes, de manera que cuando se habla del diaconado se tendrá desde la escritura la determinación de estar siempre dispuestos a servir de la forma en que el maestro lo hizo, dejándonos en Señor, el mayor y mejor modelo a seguir a la hora de ver el ministerio cristiano.



Los diáconos suelen verse de distintas formas dentro de la iglesia, sin embargo, en la escritura se muestra el perfil o característica que deben tener este grupo de personas dentro de la iglesia, por lo que se tocarán tres puntos donde se pueda dilucidar algunos aspectos claves a la hora de hablar de ellos:

Un llamado específico para servir

  • Realmente debe ser un siervo. Mateo 20:28
  • Realmente debe ser lleno del Espíritu Santo.
    Hechos 6:3
  • Realmente debe ser un oficial que representa como administrador del Señor.
    Tito 1:7

Un llamado general para servir en el ministerio del Señor

  • Cada persona dentro de la iglesia tiene la credencial de siervo.
  • Cada creyente debe servir, como parte del ministerio que le ha sido otorgado.
  • Cada creyente presta un servicio, que debe ser de primer nivel conforme al ministerio recibido del Señor.

Un llamado que tiene características específicas. 1 Timoteo 3:8-13

  • Características asociadas al carácter del ministro: Honestidad, trasparencia, sobrio, sin codicia para el dinero.
  • Características asociadas al testimonio: Ejemplo de familia para con esposa e hijos.
  • Tendrán beneficios y serán honrados y personas de mucha confianza en la obra del Señor en la medida que lo cumplan conforme a la palabra de Dios y en fidelidad al llamado.

La única diferencia que se evidencia en la escritura entre un anciano y un diacono, es que a este último no se le pide como característica esencial la enseñanza de la palabra, no queriendo decir con esto, que serán personas sacadas de bajo de la manga, sino más bien por el llamado especifico que está muy relacionado con la propia organización y estrecho apoyo que tendrá un anciano de parte de un servidor, porque al final de cuentas un anciano debe ser en sentido general un ministro que inicia su llamado como siervo, y que cumple cabalmente con la asignación que le ha sido asignada: Atender a la iglesia del Señor, tomando en cuenta su llamado a ser un siervo, sirviendo y prestando el servicio a los que rodean. El Diacono como ministro debe tener en alta estima el oficio y llamado recibido del Señor, no tomando como ligero, el lugar, condición y momento que Dios le ha dado para servir en un lugar, con un grupo y en una iglesia determinada, de manera que la Honra y Gloria sean dadas a Dios por medio del ministerio de estos hombres y mujeres colocados para servir en el mejor y más alto lugar del mundo: La iglesia del Señor.


Por Pr. Robinson Moreno

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