Escrito por Jorge Boscan

13 de noviembre de 2021

Leer 1 Timoteo 3:1-7

En el Nuevo Testamento, la Biblia nos enseña claramente que Dios es quién da pastores a su iglesia, capacita y envía. Por ejemplo, en Mateo 9:37-38, Dios es quién envía a los obreros, en el libro de los Hechos 20:28, es el Espíritu Santo quien coloca a los pastores, en la Iglesia que el Señor compró a precio de su propia sangre; y Efesios 4:11, es nuestro Señor Jesucristo, quien constituye pastores. Sin embargo, en 1 Timoteo 3:1-7, el apóstol Pablo provee una serie de cualidades para describir los rasgos de carácter necesarios para alguien que desea y anhela el oficio pastoral en la Iglesia local. Por tal razón, de manera directa y como dice el dicho «yendo al grano», Pablo describe en primer lugar, que debe ser un hombre con la más alta moralidad en su comportamiento sexual, incluyendo una relación sana con su esposa. Segundo, debe mostrar hospitalidad, ser prudente, sobrio, acto para enseñar, debe tener una conducta libre de soberbia, no dado al vino, no codicioso de ganancias deshonestas, de buen testimonio para con los que no conocen al Señor. Tercero, también debe ser alguien que ha mostrado sus capacidades de liderazgo en su propia familia. En otras palabras, es alguien que se muestra como un modelo a seguir a sus propios hijos espiritualmente y en otras áreas.

EL QUE ANHELA OBISPADO BUENA OBRA DESEA

Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.

1 Timoteo 3:1

Pablo comienza este pasaje diciendo: «si alguno anhela obispado, buena obra desea». Esta palabra anhelar, señala el esfuerzo que hacemos con el propósito de obtener algo que deseamos. Por ejemplo: el estudiante que anhela ser profesional, ¿Qué debe hacer para lograr esa meta? Esforzarse. Un atleta que quiere ganar una carrera, también debe esforzarse para lograrlo. Ahora, lo que Pablo quiere decir en este texto, es que aquellos, que sienten ese anhelo profundo por el obispado o pastorado, buena obra desean. También es interesante resaltar la palabra deseo, con la que termina este texto; porque en el original esta palabra significa epyfumya, y describe ese profundo deseo de hacer algo bueno y desinteresado. En otras palabras, podemos decir: «el hombre llamado por Dios debe tener un profundo y desinteresado anhelo por cuidar el rebaño de Cristo». Por eso la palabra obispo significa: uno que supervisa, alguien que es un sobre-veedor de la grey. Un comentarista, comentando este texto dijo:

«Todo hombre llamado por Dios al ministerio, siente un profundo anhelo por promover el reino de Dios supervisando la grey del Señor».

Anónimo

Sin embargo, debo aclarar que no importa cuán profundo o desinteresado pueda ser el anhelo de un hombre por el ministerio, la Biblia enseña que ese llamamiento debe ser confirmado por otros. Este es el estándar de Dios para el carácter de cualquiera que anhela ser pastor.

VIRTUDES QUE DEBE TENER el que anhela ser pastor

Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;

1 Timoteo 3:2

El apóstol Pablo relata en Tito 1:9, lo que Dios quiere que haga un pastor, sin embargo, 1 Timoteo 3:2, principalmente nos dice lo que debe ser. En primer lugar, der ser alguien que fuere:

Irreprensible. Obviamente no se referirse a la perfección o sin pecado, porque en ese caso nadie estaría cualificado para el oficio, más bien es un estándar alto y maduro que habla de ser un ejemplo constante. En otras palabras, un pastor deberá ser irreprensible en el sentido de que no será hallado culpable de manera veraz, de nada que lo marque como indigno de estar en la posición de ser un embajador de Jesucristo.

La segunda virtud de carácter que manifiesta Pablo es que debe ser:

Marido de una sola mujer: Una traducción literal de la expresión en griego es: «hombre de una mujer». Y significa que está entregado a la mujer que es su esposa. Sus ojos y corazón permanecen enfocados en ella con el propósito de cumplir la tarea de edificar matrimonios piadosos y familias fuertes en la iglesia del Señor.

La tercera virtud, que debe tener un pastor es ser:

Sobrio: Significa serio, sensato, de buen juicio. Una persona que toma las cosas en serio. Ahora, esto no quiere indicar que un obispo o pastor no puede tener sentido del humor, pero debe ser serio en cuando al cargo que ocupa.

La cuarta virtud, que debe tener alguien que desea ser pastor es ser:

Prudente: Es decir, que actúa con moderación y cautela. Otras versiones especifican «buena conducta». En otras palabras, que tenga una conducta ordenada y no realice acciones dudosas, que puedan interpretarse mal y provocar comentarios, esta cualidad se enlaza con una conducta decorosa, que engloba estas últimas características y las complementa.

Una sexta virtud que debe tener un aspirante a pastor es ser:

Hospedador: La palabra compuesta que se traduce como «hospedador» significa literalmente «un amador de extraños». Es un atributo del carácter cristiano a menudo practicado en el NT. (Ro 12:13; 1 Ti 5:10). El principio básico que enseña es que se disponga a sí mismo y sus recursos a la gente que no conoce. En el contexto de la iglesia primitiva, se refería primordialmente a otros cristianos.

«Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.»

(Gálatas 6:10).

Una última y séptima virtud es que sea:

Apto para enseñar: Esta última virtud es bastante interesante, porque todo el que anhela ser pastor, debe tener la capacidad de exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen (Tito 1:9); alguien decía: «un pastor debe tener la habilidad de presentar la verdad en una forma clara, lo suficiente, para que las personas puedan entender lo que está diciendo, debe poseer en alguna medida la habilidad de comunicar».

VICIOS QUE deben estar ausentes en el que anhela ser pastor

no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, no avaro;

1 Timoteo 3:3

Después que Pablo da una lista de virtudes que debe tener el que anhela ser pastor, ahora incluye una lista comparativa de los vicios que no deberían tener. En primer lugar:

1) No dado al vino: Este requisito pastoral se repite en Tito 2:3, con el propósito de dejar claro que el que anhela ser pastor debe estar alejado del alcohol, este no debe formar parte de su vida, porque de ser así está en peligro de perder el control de sí mismo, y decir o hacer cosas que son inapropiadas y no agradables ante los ojos de Dios.

2) No pendenciero: Este término básicamente habla de alguien que utiliza su mano, puño, vara o roca para herir a otro. Ése era un estilo común que la gente de los tiempos antiguos empleaba para resolver sus conflictos.

3) No codicioso de ganancias deshonestas: Esto nos indica que no debería tener amor al dinero. Según nos dijo el mismo apóstol Pablo «el amor al dinero es la raíz de todos los males». (1 Timoteo 6:10). Y Pedro declara que los verdaderos pastores del rebaño de Dios, no funcionan por ganancia deshonesta.

«Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto.

1 Pedro 5:2

4) No debe ser avaro: Este requisito negativo se refiere nuevamente al amor al dinero, pero también sugiere idolatría, que es realmente la adoración al dinero de aquel que tiene un afán desordenado de adquirir y poseer riquezas para atesorarlas. El obispo o pastor no debería ser una persona que coloca el afán en las riquezas por encima de todo lo demás. Porque más bien la Biblia demanda a todos los creyentes a:

Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

(Mateo 6:33)

EL QUE ANHELA OBISPADO DEBE TENER UN LIDERAZGO FAMILIAR PROBADO

Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);

1 Timoteo 3:4-5

Ciertamente el pastor, debe ser un líder de la iglesia del Señor y un padre amoroso para la familia de Dios. Pero, ¿de qué otro modo mejor que en su propia familia puede demostrar que es apto para el liderazgo espiritual? Alguien dijo: «Si quiere saber si un hombre vive una vida ejemplar, si es consistente, si puede enseñar y modelar la verdad y si puede guiar a la gente a la salvación, a la santidad, y servir a Dios, entonces busque en las relaciones más íntimas de su vida y vea si puede hacerlo allí. Consulte a su familia y encontrará a la gente que mejor lo conocen, que lo escudriñan más estrechamente. Pregúnteles la clase de hombre que es». En otras palabras, podemos decir que un pastor debería ejercer la autoridad sobre su propia familia, sin ser, por supuesto, un dictador, sino más bien un hombre amoroso, sabio de ejemplo, cualificado. Que exhibe liderazgo y una integridad intachable, que modela a Cristo con su vida, guiando al pueblo a la salvación y el servicio a Dios, habiéndolo hecho o estando en el proceso de hacerlo en su propio hogar.

EL QUE ANHELA SER PASTOR NO DEBE SER UN NEÓFITO

no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.

1 Timoteo 3:6

Aquí vemos al apóstol Pablo dando una recomendación estricta al joven Timoteo. Y es que el anciano o pastor no debía ser un neófito. Esto indica en realidad que no debe ser un recién convertido o aprendíz, sino más bien una persona que haya sido convertida por algún tiempo y posea un grado de madurez espiritual. Porque de no ser así, esto no sólo va hacer desastroso para la Iglesia, sino también para él mismo, cuando se sienta tentado a envanecerse y caer en la condenación del diablo. Es decir, la sentencia que fue pronunciada a Satanás debido a su arrogancia.

EL QUE ANHELA OBISPADO DEBE GOZAR DE UNA BUENA REPUTACIÓN EN EL MUNDO

Tambien es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.

1 Timoteo 3:7

Aquí el apóstol Pablo, al referirse a los de afuera, está hablando de los que no pertenecen a la iglesia, de los que aún no han sido salvos. En otras palabras, todo el que anhela obispado debe tener un testimonio irreprensible delante de los inconversos que tienen contacto con él. Ya sea a nivel laboral, familiar o social. De modo que nadie lo pueda desacreditar llamándole mentiroso, mala paga, infiel. Porque de ser así, es como si fuera un candidato del diablo y no un representante de nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

El pasaje de 1 Timoteo 3:1-7, nos ha enseñado los requisitos que debe tener un hombre que desea y anhela el oficio pastoral. Pero, considero que cada uno de los requisitos exigidos al pastor en este pasaje, también aplica a todos aquellos que han sido llamados a nueva vida en Cristo. Todos los hijos de Dios, ciertamente no serán llamados al ministerio pastoral, pero sí están llamados a ser irreprensibles, sobrios, amosoros, prudentes, de buen testimonio, hospedadores, a criar hijos en obediencia al Señor, no dados al vino, no pendencieros, no avaros, no codiciosos de ganancias deshonestas. Por tanto, te exhorto a que pidas a Dios que te ayude a examinar tu vida a la luz de este pasaje, y puedas decir como el salmista David dijo:

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.

Salmos 139:23-24

Por Pr. Denys Payen

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