1 Timoteo 3:14-16
El ciclista norteamericano Lance Armstrong, ganador de siete Tours consecutivos (1999-2005), cuyos triunfos le valieron los más altos elogios del mundo y una fama envidiable por muchos adversarios. Muchas cadenas de noticias deportivas lo seguían y observaban sus duros entrenamientos. Era el ejemplo del trabajo duro y constancia. Hasta que fue descubierto que hacia trampa en las competencias. Armstrong fue líder inequívoco de la mayor trama de engaño que se recuerda en la historia del ciclismo.
Así como Lance Armstrong engaño al mundo con sus fraudulentas victorias, Pablo escribe esta carta a Timoteo porque la iglesia en Éfeso estaba comenzada a desviarse de las verdades fundamentales de la fe cristiana. Como los efesios, nosotros necesitamos regularmente que se nos recuerden las verdades fundamentales de nuestra fe. Pablo escribe este pasaje como un recordatorio de que la iglesia ponga atención a las verdades fundamentales y no sea engañada por falsos pastores, maestros de “la fe”
En estos versículos catorce hasta al dieciseises, Pablo nos muestra el misterio de la piedad y la fe en la iglesia. Dios considerando la verdad en obra de Cristo.
El misterio de la fe.
El anhelo de Pablo en encontrase con su hijo en la fe, le escribe que pronto iría a visitarlo y por tanto a la iglesia. “Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte”
(1 Ti. 3:14) RV95. Al escribir esta carta, el apóstol está presentando el propósito de la epístola, la razón general de su preocupación. Muchos exegetas sugieren que llama la atención a los pastores en el capítulo 3, o a la falsa doctrina en el capítulo 1, pero parece que está anunciando un tema general, para incluir toda la epístola: El tema es la conducta en la iglesia,
“Para que, si tardo sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios” (1 Ti. 3:15ª)
Lo primero que debemos recordar:
– La casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente. (1 Pedro 2:9)
– Es columna y baluarte de la verdad. (Mateo 16:18)
Con estas dos imágenes, la familia y el templo, Pablo expresa las dos urgencias que inspiran esta carta: su preocupación con respecto a la conducta de los creyentes en relación a los falsos maestros, y la iglesia como pueblo que se le ha confiado la proclamación del evangelio.
El misterio de la piedad
En la segunda parte y final del capítulo, Pablo expresa la verdad revelada a la iglesia, por un hermoso himno destacando la persona y la obra del señor Jesucristo.
Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. (1 Timoteo 3:16) RV95
El tema central de toda la biblia es Cristo. Los reformadores del siglo XVII proclamaron SOLO CRISTO. Pablo a la iglesia de los Corintios “predicamos a Cristo crucificado” (1 Co. 1:19); y “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Co. 2:2; 2 Co. 1:19; 4:5)
A los Gálatas 6:14 dijo: “Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”. Aun cuando se predicara a Cristo con motivos equivocados, él se regocijaba (Fil. 1:18).
La palabra misterio se encuentra 22 veces en el N.T, en ocasiones se refiere al misterio del reino de los cielos (Mt. 13:3-50), a los misterio de la salvación en Cristo (Ro. 16:25-26), llamado el misterio de la piedad. De manera como dice Gordon Fee en su comentario:
“Los temas del gran misterio de la piedad que son objeto de nuestra fe, afirma Pablo, son la humillación y exaltación de Cristo y el constante testimonio de la iglesia da de Él, que ahora ha sido exaltado y glorificado”
Conclusión.
En seis cortas estrofas, este himno resume el evangelio. Dios se hizo hombre, murió por nuestros pecados, triunfó sobre la muerte, fue honrado por ángeles y temido por los demonios, y ascendió al cielo. Se predicó este mensaje en todo el mundo y muchos creyeron y fueron salvos. Ese es el meollo del mensaje; es nuestra misión predicarlo al mundo.
Ps. Jesús Idrogo