Leer Santiago 3:13-18
Unas de las preguntas que como padre le hacemos a nuestros hijos es: ¿Qué van hacer cuando crezcan?. Cuenta la historia que en cierto lugar, los padres para saber que van hacer de sus hijos cuando crezcan, colocan en una mesa una botella de vino, un paquete de dinero y una Biblia, y se esconden detrás de una puerta a esperar lo que el niño va hacer. Si el niño toma el vino es porque va hacer una persona inclinada al placer, si toma el dinero es porque va hacer un hombre de negocio, y si toma la Biblia es probable que sea un pastor. Una pareja poniendo a prueba a su hijo, para tener la noción de qué iba a ser de él cuando creciera, notó que el niño tomó el dinero y lo guardó en un bolsillo, agarro la Biblia y la puso debajo de un brazo y luego tomo la botella de vino en su mano. Los padres asombrados por lo que el niño había hecho, dijeron: ¡Oh no, va ser político! Esta historia no está lejos de la realidad, porque la tentación del político siempre es estar bien con todo el mundo, aunque para hacerlo tenga que sacrificar algunas convicciones. Ellos usan una especie de «sabiduría» para tratar de llevarse bien con todos. Es una astucia, por medio de la cual las personas persiguen sus propios intereses a costa de otros, y justifican sus acciones con un manto de rectitud y moralidad.
El pasaje que nos compete estudiar, nos hace la misma prueba que estos padres le hicieron a su hijo. Tenemos delante de nosotros la sabiduría terrenal y la sabiduría celestial, nosotros debemos escoger con cual de ella vamos a vivir. Para ello, me gustaría estudiar ambas sabidurías con respecto a tres aspectos: Sus orígenes, características y resultados.
LA SABIDURÍA TERRENAL
Origen de la sabiduría terrenal
En primer lugar, esta sabiduría «no desciende de lo alto.» Santiago 3:17.Es decir, no proviene de Dios. El Señor no es el autor de la «sabiduría» del mundo. Por tanto, aunque el mundo diga que es justa, equitativa y compasiva, si no proviene de Dios según lo revelado en su Palabra no goza de su aprobación. Aunque tenga el apoyo de los gobernantes, jueces supremos, y la mayoría del pueblo.
En segundo lugar, es terrenal. En otras palabras esta «sabiduría» ve la vida desde la perspectiva del ahora y no desde la perspectiva de la eternidad. El que tiene esta clase de «sabiduría» su mente está puesta en las cosas de esta tierra como dice el apóstol Pablo:
«El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.»
Filipenses 3:19
Estas personas no consideran su alma. No piensan si lo que hacen afecta su relación con Dios. No piensan si sus acciones lo acercan o alejan de su creador. Nada de eso pasa por su mente porque solo piensan en cómo salirse con la suya, cómo ganar dinero de manera deshonesta, cómo satisfacer sus necesidades sin importar sacrificar los más importante en sus vidas.
En tercer lugar, es animal. Esta palabra en griego es «psychike», que significa: no espiritual. Es aquel que no tiene el Espíritu Santo en su vida. De ellos nos habla Judas:
«Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.»
Judas 1:19
Es la “sabiduría” animal, la que caracteriza a los no regenerados, a los no creyentes. Su naturaleza caída promueve la desobediencia a Dios, su mente no se rige por la Palabra de Dios y no tienen la mente de Cristo.
Por último es diabólica. Porque tiene su origen en Satanás. ¿Por qué Satanás? Porque él es el dios de este siglo. Él controla la mentalidad anti-bíblica del mundo. Él ha cegado la mente de los incrédulos y opera sobre los hijos de desobediencia. El error y la falsedad provienen de él.
Características de la sabiduría terrenal
Ya vimos que el origen de la sabiduría terrenal. No es de Dios sino terrenal, animal y diabólica. Ésta posee ciertas características que Santiago describe de la manera siguiente:
1. Celos amargos. Que se puede traducir «zelos» como envidia. Debo aclarar que no todo celo es pecaminoso. Hay celo de Dios y de su Palabra, ese es un celo bueno. Pero hay un celo pecaminoso. Y la sabiduría de este mundo es celosa, envidiosa de lo que poseen los demás. Por esta razón, el que tiene esta sabiduría en vez de alegrarse con su prójimo por lo que tiene le cela y envidia.
2. Contención o ambición personal. Como lo traduce LBLA.Es una persona que se caracteriza por tener una actitud egoísta, que solo piensa en él. Y son sus intereses los que cuentan. Un ejemplo: Son los que llegan últimos y quieren ser los primeros.
3. Es soberbia. “no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;” Estos hermanos a quienes Santiago les escribe, se estaban enorgulleciendo al tener estas actitudes. Hoy día muchos con esta actitud responderían diciendo: “Es que yo soy así”, «Si yo no estoy en tal lugar esto no funciona», «Yo no necesito consejo ya yo se eso».
Resultado de la sabiduría terrenal
Ciertamente, el resultado de la «sabiduría terrenal» es lo que Santiago en el V. 16 dice:
«Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.»
Santiago 3:16
La palabra perturbación es “akatastasía”, que significa desorden, confusión y contienda. Es la palabra común para hablar de la anarquía. Y la anarquía es la falta de sumisión a la autoridad, que produce desorden. En otras palabras, la sabiduría de este mundo produce caos, desorden y confusión. Destruye la unidad, la paz y la mutua sumisión entre los hermanos de la fe. El fruto de la sabiduría terrenal, son obras perversas, porque no trae nada bueno. Todo lo que busca hacer y logra hacer es malvado, bueno para nada, inútil. De esa “sabiduría” debemos cuidarnos como creyentes, no nos dejemos seducir por ella. Porque de la sabiduría del mundo nada bueno podremos cosechar.
LA SABIDURÍA CELESTIAL
Origen de la sabiduría celestial
Con respecto a su origen, nos dice Santiago que tiene su origen en Dios.“Pero la sabiduría que es de lo alto”. Santiago 3:17.Es decir, que proviene de Dios. Mientras la sabiduría del mundo proviene de la tierra, es terrenal, animal y diabólica, la verdadera y única sabiduría proviene de Dios. El Señor es el autor de la sabiduría, esa es la enseñanza invariable de toda la Biblia.
«Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.»
Proverbios 2:3-6
«Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.»
Santiago 1:5
¿Por qué pedirla a Dios? Porque Él es el único que la puede dar. Ya que todo lo bueno procede de Él.
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”
Santiago 1:17
Hay un pasaje en el libro de Proverbios que guarda relación con este tema.
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.»
Proverbios 1:7
Es decir, no hay sabiduría sino la que está en contacto y en una relación con Dios. Nadie que no sea cristiano puede ser estrictamente sabio. ¿Por qué? Porque el principio de la sabiduría es temer al Señor y sin alguien no teme a Dios no posee ni siquiera el principio, porque solo cuando estamos unidos a la fuente misma de la sabiduría divina que es Cristo, es que podemos ser verdaderamente sabios. Pablo dijo:
“En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”
Colosenses 2:3
Si todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento están en Cristo, entonces del único lugar de donde podemos extraer la sabiduría es de Cristo. Solo los que creen en Jesús como su Señor y Salvador poseen verdadera sabiduría.
Características de la sabiduría celestial
Estas sietes características de la sabiduría que menciona Santiago en este pasaje, no es meramente lo que ella es en sí misma, sino lo que ella produce en los creyentes. O más bien, lo que Dios produce en nosotros por medio de su Palabra y Espíritu.
1. Es pura. “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura”. Santiago 3:17 La palabra significa libre de contaminantes e impurezas. Es pura porque proviene de Dios quien es en sí mismo puro y santo. Y es pura porque purifica el corazón.
2. Es pacífica. Perteneciente a la paz, no guarda rencor. «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” Mateo 5:9
3. Es amable. La palabra significa gentil, considerado, justo, equitativo. RAE la define: Afable, complaciente, afectuoso.
4. Es benigna. La palabra puede traducirse sumiso, obediente.El sabio está dispuesto a transar, y modificar sus ideas si está equivocado, no tiene problemas en aceptar su error y pedir perdón.
5. Es llena de misericordia y de buenos frutos. La sabiduría de Dios produce en nosotros compasión por los demás y nos lleva a ser bondadoso con el necesitado. La verdadera religión se manifiesta en “Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones” Santiago 1:27.O como Pablo dice: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.” Gálatas 6:10.
6. Es sin incertidumbre o firme. La palabra significa imparcial, sin prejuicio, sin vacilación. La persona sabia tiene convicción en lo que cree, no vacila en sus opiniones, porque sabe que su fe proviene de Dios, quien es la absoluta verdad y fuente de la verdadera sabiduría.
7. Es sincera o sin hipocresía. La sabiduría de Dios produce en nosotros sinceridad, transparencia. El sabio es genuino no es hipócrita. Es una persona que relaciona sus palabras con sus acciones.
Resultado de la sabiduría celestial
Una vida recta, digna de ser llamada cristiana sólo puede cosecharse en un ambiente de paz y amor, es en este ambiente donde brilla el carácter sabio que Santiago ha descrito.
«Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”
Santiago 3:18
Conclusión
Amados hermanos, ya hemos descrito la sabiduría terrenal y la sabiduría celestial ¿con cuál de ella te caracterizas? Examinemos nuestras vidas a la luz de la Palabra de Dios. Que sea el Señor, quien nos ayude a ver de qué lado estamos.
Ciertamente, la iglesia a la cual Santiago le escribe tenía problemas de envidia y egoísmo, el cual produce caos. Sin embargo, la exhortación amorosa de Santiago es a que vivan en paz, mansedumbre, amor unos por los otros, considerando a los hermanos como superiores, ser sinceros, transparentes. Cuando los creyentes viven de acuerdo a la voluntad de Dios, el fruto de justicia es paz y vidas justas. La Biblia dice:
«Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría (celestial) Y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.»
Proverbios 3:13-14
Por Denys Payen