Escrito por Jorge Boscan

6 de marzo de 2021

Hace algunos años salió un libro llamado Refinemos la perspectiva de la iglesia, de Gene Getz, en este libro el autor nos alienta a mirar la funcionalidad de la vida de la iglesia a través de tres grandes lentes: Las Escrituras, la historia y la cultura. Y sin duda la iglesia, a lo largo de su existencia, siempre ha presentado desafíos que alcanzar y dificultades que vencer en su avance. Nos alegra también saber que el mismo Señor predijo la existencia y la expansión victoriosa de su iglesia, aun ante la oposición de las mismas fuerzas del maligno (ver Mateo 16:18-19).

Volvamos a revisar algunos elementos que harían posible la continuidad eficaz de la iglesia, según los temas tratados anteriormente:

RECORDEMOS QUE…

1. CADA CREYENTE ES UN MISIONERO

1.1. La labor misionera en nuestro país, como lo señaló nuestro hermano Róbinson, recoge entre sus páginas esos tiempos de gloria, de queridos hermanos que abandonaron las comodidades de su país para servir en una tierra extraña llamada Venezuela. Este hecho también creó la falsa etiqueta en las iglesias de que, quienes tenían la responsabilidad exclusiva por la misión eran los que venían de otros países.

1.2. Pero cuando miramos las Escrituras se nos dice, que todos los creyentes serían habilitados por el ministerio del Espíritu Santo para realizar eficazmente el cumplimiento de la misión dada por el Señor. En Hechos 1:8, leemos lo siguiente:

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

Hechos 1:8

Como podemos observar, Jesús instruye a los suyos a que:

  1. Tendrían la capacitación y el poder divino dado por Espíritu Santo.
  2. Serían testigos eficaces del mensaje del evangelio.
  1. A través de ellos, el mensaje del evangelio sería dado a conocer en cada comunidad, hasta los lugares más recónditos de la tierra.

1.3. Los miembros de la iglesia local tienen este llamado ineludible, porque es una misión de cada creyente. En Mateo 28:19 el Señor establece una responsabilidad que es individual y corporativa para su pueblo: “vayan y hagan discípulos de todas las naciones”, ¿para quién es la demanda? Para todos y cada uno de los que han sido salvos y se han unido a esa entidad divina llamada iglesia.

Esta tarea, por cierto, tal como lo demanda el texto citado, debe abarcar todos los ámbitos posibles: las comunidades más próximas donde los creyentes desarrollan sus vidas, hasta aquellas que son desconocidas y remotas. En donde la iglesia a través de alianzas, puede crear un impacto de la misión.

1.4. Cada creyente debe ser desafiado a comprometerse al máximo en la misión de alcanzar a otros, según la orden del Señor:

1.4.1. El cumplimiento de esta tarea demanda sacrificio. El quehacer de formar discípulos no es una tarea suave. Requiere tiempo, esfuerzo y compromiso. Exige una mente enfocada con los negocios del Reino, ¿qué tan enfocados nos encontramos como creyentes, sobre este desafío?

1.4.2. Nuestra acción recibirá ataque del enemigo y tendremos oposición muchas veces. Una verdadera guerra espiritual se libra por las almas de aquellos a quienes pretendemos alcanzar. Pero la victoria de los discípulos del Señor está asegurada, porque él prometió su presencia en todo tiempo, para el cumplimiento de esta divina tarea: “estaré con ustedes siempre” (Mt. 28:20).

1.4.3. la acción misional es gratificante. Jesús prometió recompensas para quienes la asuman, en este mundo y en el venidero. El apóstol Pablo nos recuerda que el trabajo de quienes sirven al Señor “no es en vano” (1 Co.15:58). Esto debe animarte, querido hermano(a), a seguir firme en el cumplimiento de la misión.

1.4.4. Cada creyente debe comprender que, cuando asume y cumple su llamado misionero, como ya se dijo (en un ámbito cercano o lejano, en su comunidad local o comunidades foráneas y extrañas), los frutos son evidentes y la tarea de hacer discípulos se propaga y se consolida. Mientras tanto, otros son desafiados a involucrarse y se realizan planes para alcanzar a más comunidades. Nada detuvo el avance de los discípulos, según vemos en el libro de los Hechos, y nada detendrá el avance de los creyentes que hoy asumen este compromiso.

1.4.5. Cada creyente debe comprender que su llamado misionero está en una cuenta regresiva. Los acontecimientos y señales de los tiempos nos avisan de la cercanía del Señor (la parusía). El cumplimiento de la responsabilidad de hacer discípulos no es algo optativo en la vida del cristiano, sino que es la prioridad en la agenda de su vida. Como cristianos, ¿de qué está llena nuestra agenda de vida? ¿es la misión algo optativo o prioritario para nosotros?

2. EL EPICENTRO DE LA MISIÓN

Asumimos que el eje central de la labor del creyente en el cumplimiento de la acción discipular es la iglesia, y por otro lado la acción discipular es esencial en la tarea misionera, por no decir que, prácticamente es el equivalente. Esta tarea va equipada de una dotación celestial, dado que la iglesia en esencia es divina. Por tanto, una iglesia que comprende cuál es su naturaleza, asume su misión en cualquier contexto, porque sabe quién es ella y quién es su Dios. Así que destaquemos este hecho:

2.1.La iglesia tiene una IDENTIDAD QUE ES DIVINA (Mt. 16:18).

2.2. La misión de la iglesia es ÚNICA (Mt. 28:18-20).

2.1 . La iglesia tiene una IDENTIDAD QUE ES DIVINA

El hermano Denys nos recordó una expresión de John Neuve, que define a la iglesia de la manera siguiente:

La iglesia consiste de hombres y mujeres llamados por Dios el Padre, a la comunión de su hijo, santificados en Cristo Jesús, regenerado por su Espíritu, unidos en la fe y confesión de Cristo Jesús como Señor y Salvador, donde haya tal comunión allí está la Iglesia de Dios”

Lo que Neuve nos quiere decir es que la iglesia es la expresión corporativa de personas salvas, que fueron llamados por Dios de su pecado para formar un nuevo pueblo, tal como lo expresa el apóstol Pedro en I Pedro 2:9. Por otra parte, se nos dice que la iglesia es columna y baluarte de la verdad (1 Timoteo 3:15), y que Dios levantará a una iglesia perfecta (como las expresiones sin manchas ni arrugas, que usa Pablo en Efesios 5:27).

2.2. La misión de la iglesia es ÚNICA

Hace algunos años asistíamos a un entrenamiento, abordando la naturaleza y la misión de la iglesia y uno de los exponentes invitados tuvo la alucinante idea de que la iglesia pudiera cambiar su misión. Algo así como que una empresa puede cambiar su enfoque y sus actividades según las necesidades existentes. Muchos nos pusimos de pie para reorientar a nuestro hermano y hacerle una contundente declaración: la misión de la iglesia es única, está en consonancia con su naturaleza divina, teniendo ya lo establecido por el Señor en Mateo: 28:19-20.

En lo que respecta, la iglesia está comisionada por Dios en lo siguiente:

  1. Alcanzar a otros para Cristo, a través de la proclamación del Evangelio.
  1. Los alcanzados deben ser bautizados, lo cual constituye una forma de identificarse como miembros de la iglesia y están en un proceso de perfección cristiana.
  1. Los alcanzados deben ser instruidos en la fe cristiana, comisionados para que alcancen a

otros, que a su vez guardarán y defenderán esta fe.

Una acción cíclica, que permite que el reino de los cielos sea establecido en la tierra por los seguidores de Jesús.

3. JUVENTUD, EL DESAFÍO DE LA MISIÓN

La iglesia está compuesta por personas de todas las edades, y todos son llamados a cumplir la misión. Sin embargo, miremos esto desde la perspectiva de los jóvenes.

3.1. Una responsabilidad de la iglesia el que los jóvenes cumplan este desafío:

  • La iglesia debe ser el lugar de entrenamiento y preparación para que los jóvenes asuman en la práctica su compromiso con la misión. Esta instrucción en lo posible se debe iniciar desde el hogar: Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él Proverbios 22:6.
  • Se les exhorta a los jóvenes a ser prudentes en todas las cosas Tito 2:6.

3.2. Jóvenes comprometidos con Dios:

  • El Señor Jesús nos dio ejemplo de esto, desde muy jovencito estaba comprometido con la misión ( Lucas 2:41-52).
  • Pablo instruye a Timoteo a modelar la misión ante la iglesia (1 Ti.4:12-16).

Los jóvenes que rinden al Señor sus vidas, pueden ser de gran bendición para el avance del evangelio y el cumplimiento de la misión. Así mismo, la fuerza y el dinamismo de los jóvenes es muy importante para la vitalidad de la iglesia local. Corresponde a los adultos canalizar la efectividad de esa fuerza para la gloria de Dios.

Conclusiones

Somos desafiados a no olvidar que:

  1. CADA CREYENTE ES UN MISIONERO: Los miembros de la iglesia local tienen este llamado ineludible, porque es una misión de cada creyente. En Mateo 28:19 el Señor establece una responsabilidad que es individual y corporativa para su pueblo: “vayan y hagan discípulos de todas las naciones”, ¿para quién es la demanda? Para todos y cada uno de los que han sido salvos y se han unido a esa entidad divina llamada iglesia.
  1. EL EPICENTRO DE LA MISIÓN ES LA IGLESIA: Asumimos que el eje central de la labor del creyente en el cumplimiento de la acción discipular es la iglesia, y por otro lado la acción discipular es esencial en la tarea misionera, por no decir que, prácticamente es el equivalente. Esta tarea va equipada de una dotación celestial, dado que la iglesia en esencia es divina.
  1. LOS JÓVENES TIENEN GRAN DESAFÍO EN LA MISIÓN: quienes rinden al Señor sus vidas desde muy temprano, pueden ser de gran bendición para el avance del evangelio y el cumplimiento de la misión. Permita Dios que muchos jóvenes sean llamados a la acción misional, tanto a nivel local, nacional y foráneo y que la iglesia brinde el apoyo necesario para el cumplimiento de la misma.

Por Renso Bello

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