Escrito por Jorge Boscan

8 de mayo de 2021

Leer Lucas 1:26-56

El día de las madres es celebrado en muchos países el segundo domingo de mayo, es un día en donde se honra a las madres por el rol que cumplen en el núcleo familiar. Así como los hijos son de gran bendición para los padres (salmos 127), las madres lo son para las familias. Tienen una gran responsabilidad en el hogar que no se limita a limpiar o atender la casa, tienen una gran responsabilidad ante Dios.

El día de hoy celebramos con las madres y estudiamos lo que Dios hizo en Maria, la madre de Jesús.

Ser madre, una bendición de Dios 

Lucas 1:26-33

Partimos de una verdad innegable, todo lo bueno que podamos tener o hacer proviene de Dios (2 Corintios 3:4-6; Romanos 11:33-36); Por lo tanto, el ser madre es una gran bendición que Dios les da a las mujeres. En la biblia observamos como Dios obra en la vida de muchas mujeres estériles como Elisabet, la prima de Maria, regalandoles el milagro de concebir un hijo a pesar de su incapacidad. Sin duda alguna es de gran bendición vivir o presenciar un milagro de este tipo, que aun en estos días, conocemos de personas que han logrado tener hijos a pesar del veredicto de los médicos. María recibió la gran bendición de tener un hijo pero a un nivel diferente, recibió de parte de Dios una concepción milagrosa, mediante el Espíritu Santo; recibió el ser madre del que vendría a reinar eternamente. A Maria le fue permitido este gran privilegio por pura gracia, no fue por sus méritos sino por la gracia de Dios según declara el ángel Gabriel en el verso 30 del capítulo 1. 

Y aunque en María fue una experiencia única que jamás se volverá a repetir y que sin duda de gran bendición para ella como para la humanidad, toda madre debe saberse cómo bendecida y privilegiada cuando les es permitido concebir a un hijo, ya que para muchas mujeres, esto podría ser imposible pero para Dios no lo es; es natural dar por sentado que una mujer debería tener hijos, sin embargo, la concepción es un acto increíble donde se revela el gran poder de Dios en su creación.

Obediencia de María 

Lucas 1:34-38

En principio, María no entendía lo que el ángel le estaba diciendo, y le pregunta “¿Cómo será esto?”  (v. 34)

Después de que el ángel respondió, María contesta: 

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

Lucas 1:38

Aquí tenemos una gran lección, no solo para las madres, sino para toda la iglesia del Señor. Si tenemos alguna duda de lo que Dios quiere para nuestras vidas, seguramente no tendremos a un ángel al que podamos preguntar pero seguro podemos acudir a la Palabra de Dios y encontraremos respuestas, queda de nuestra parte si aceptar y obedecer la palabra de Dios y como María que se haga en nuestra vida conforme a su voluntad o rechazar y desobedecer lo que Dios quiere para nosotros.

Una madre bienaventurada 

Lucas 1:39-56

Dentro de la respuesta que el ángel le da a María, le dice lo siguiente:

 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;

Lucas 1:36

Y como consecuencia, María acude a visitar a su prima Elisabet, en donde recibe una gran confirmación de su parte:

Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.


Lucas 1:41-44

Respondió María recitando la palabra de Dios, reconociendo su condición como sirva (Lucas 1:47-48) y alabando a Dios por lo que hizo y es (Lucas 1:49-55).

Elizabeth le dice a María “bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.” (Lucas 1:45). Al creer, María fue muy bendecida o dichosa, con una fe genuina  obedeció a Dios. Una madre es bienaventurada cuando deposita su confianza en el Señor porque puede estar segura de que Dios siempre hará lo mejor en su vida y su familia.

Hay muchas formas de vivir la maternidad, pero sin duda, la que dejará mayores beneficios para las madres y la familia entera, será la que esté sujeta a la palabra de Dios, es en la palabra que encontramos las directrices necesarias para llevar nuestras vidas correctamente, además es sabio apoyarse en mujeres ejemplares que puedan enseñar según la biblia, la mejor manera de ser mamá.

Conclusión:

Es increíble ver el poder de Dios obrar en las mujeres a través del acto de la concepción de un bebe, estos pasajes reflejan como Dios en su soberanía, poder y gracia, le plació usar a María para traer al mundo a Jesús, recibiendo el privilegio de ser portadora de la mayor bendición que el mundo pudo recibir. María obedeció a Dios y creyó en su palabra, Dios use a las madres para ser de bendición en sus hogares, que reflejando a Cristo puedan ser ejemplos a sus hijos y esposos del amor de Dios.


Por Jesús Rivera

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