Escrito por Jorge Boscan

19 de junio de 2021

Leer Proverbios 23:24

Recuerdo de manera fresca el momento en que fuí llamado por una enfermera de manera agitada para asistir a mi pequeño hijo en el quirófano después de haber salido de su operación testicular. El niño aún con trazas de anestesia en su cuerpo reaccionaba de manera agresiva y descontrolada, hasta el punto de desprenderse de todas las vías que se colocan normalmente después de una intervención de este tipo. Al llegar al Quirófano; sentí gran dolor debido a la condición de alteración de mi pequeño hijo. Todos me miraban a ver que hacía, debido a que antes los esfuerzos de enfermeras y residentes del quirófano habían sido vanos; por lo que le tome en brazos, susurre a su oído el salmo que desde la cuna le habíamos enseñado, y drásticamente su rostro y su condición cambió; el niño dejó el desconsolado llanto, y escuchó en medio de aquella horrible sensación una voz que le inspiraba tranquilidad, paz y felicidad: Papá estaba cerca, y ahora él estaba seguro.

Cuando pensamos en un tiempo o día para celebrar el día del padre; son varios los sentimientos y actitudes que se pudieran presentar; dejando por sentado, que en la medida que el tiempo avanza, menos “celebrable” es el “día” del padre; debido a que los testimonios, ejemplos y modelos paternales cada vez más dejan mucho que desear y por ende muy poco para celebrar; sin embargo, nunca debemos dejar de lado mandamientos que como promesas desde la escritura se nos designan a la hora de valorar y estimar aquellos que han dedicado su vida para criarnos; pues, entonces un padre en todo tiempo y a pesar de las muchas debilidades, merecerá la honra, no tan solo por sus acciones sino por las prescripciones que desde la escritura se asientan para estimar y valorar el papel de estos. Muchos no cuentan con sus padres de manera física actualmente, otros tal vez nunca los llegaron a conocer, pero sin duda toda persona el planeta tierra ha contado, humanamente hablando al menos en la formación inicial de un Padre. A continuación se considerarán tres aspectos que deben ser valorados cuando pensamos en la paternidad:

La alegría se ve reflejada en un padre Justo

El proverbios citado en el presente artículo menciona la alegría que habrá de tener un padre justo, quien en el tiempo podrá ver frutos de su labor prevalecer; donde también la justicia y gozo aparecerán en consecuencia con la dependencia y cercanía del padre terrenal con su PADRE celestial; de manera que ninguna circunstancia, dificultad o problema mellara o menguará la honra de un hijo que tenga la marca de un padre que tiene como modelo principal el seguir y obedecer a Dios, de manera que la instrucción y enseñanza estén dirigidas a honrar y valorar en todo tiempo a Dios, y por lo que según Proverbios 23:24

Será mucha la alegría del padre (Justo)

El padre Justo descansará en la enseñanza y sabiduría que siempre tendrá como objeto de adoración y obediencia a Dios

No solo será alegría y sabiduría, sino que detrás de todo habrá gozo y tranquilidad por lo que se ha enseñado.

  • La alegría  de un hijo que muestra cualidades de un padre justo,  En el tiempo muchas situaciones podrán pasar en la vida de los que somos hijos; pero estas deben hallar en cualquier momento y especialmente en aquellos que son cruciales, recuerdos que nos lleven a pensar en la enseñanza recibida de nuestros padres, y que dicha enseñanza este ligada y subordinada en todo sentido al deseo y voluntad de Dios, deseo que siempre será la primordial y prioritaria búsqueda de los padres que descansen en la justicia y enseñanza de Dios, y por lo que según Proverbios 10:1:
  1. Existe un hijo que es sabio, debido a las instrucciones de un padre obediente a Dios
  2. Este sabio hijo brindará alegrías a su padre.
  3. Es un hijo que evitará añadir tristeza a sus padres; en especial a las madres que siempre estarán dentro del perímetro de crianza de los hijos.
  • La alegría de saber que a pesar de la ausencia física de nuestros padres contamos con la mayor y mejor compañía: Nuestro padre Celestial, hoy muchos no podrán contar físicamente con sus padres, por muchas razones; sin embargo, estas no deben socavar o minimizar la paz, seguridad y permanencia de Dios en la vida de su pueblo, lo que lleva a los hijos que aún en desamparo pueden permanecer tranquilos en medio de los tristes recuerdos y momentos, que vendrán y se presentarán casi de manera inevitable, pero que serán afrontados de manera madura y consciente en los creyentes, que perciben a Dios de manera omnipresente mostrando corazones doblegados ante su poder, y por lo que según dice el Salmo 27:10:
  1. La ausencia de padre o madre es ocupada por la de Jehová Dios.
  2. Dios estará para recoger y restaurar todo lo que haya sido roto.
  3. El Señor ha prometido estar con sus fieles seguidores, todos los días y hasta el fin del mundo, promesa que no escapa de aquellos que han sufrido una perdida que involucre a un padre.

Conclusión

Así como mi menor hijo Andrés, permaneció alegre después de ver mi rostro cuando sus ojos abiertos pudieron al menos contemplar la silueta de papa, seremos nosotros consolados y guiados por la voz y presencia de nuestro Dios en medio de todas las circunstancias; quisiera estar siempre cerca de mis hijos, sin embargo, esto no será así, en algún momento tendrán que salir de casa para formar la propia, de manera que lo que debo tratar en todo tiempo es de instruirles y enseñarles a Dios como el padre sin las limitaciones que como humanos tenemos; donde el temor, la reverencia y obediencia sean marcas traspasadas de generación en generación en nuestras familias, y para que los días buenos y la alegría no desaparezcan en el tiempo. Un padre justo y un hijo justo serán reflejos de lo que un Dios justo ha hecho en sus vidas.


Por Pr. Róbinson Moreno

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