Escrito por Jorge Boscan

13 de junio de 2020

Cuando hablamos de un devocional, pensamos en un tiempo individual o grupal; donde nos apartamos, oramos, leemos la escritura, meditamos en ella y cantamos. El fin principal es conocer a Dios, permitiendo fortalecer nuestra relación con el Señor. El devocional es tan importante que va mas allá de un tiempo diario; es una realidad que debe ocupar todo nuestro ser, por eso debemos preguntarnos: ¿qué tal nuestra vida? ¿será qué estamos reflejando nuestra devoción y amor por nuestro Señor?

El cristiano esta llamado a vivir en santidad, apartado para el Señor; y no solo en un área de la vida, sino en toda su forma de vivir (1 Pedro 1:15). Acercarnos a Cristo nos garantiza ser edificados en Él y vivir vidas que le agraden, desechando toda nuestra impiedad (1 Pedro 2:1-5).

El principio de una vida de devoción

Al hablar de devoción, también hablamos de admiración, respeto, amor y adoración a Dios. Nuestras vidas deben ser llenas de un profundo amor por Dios que nos lleve a agradarle en todo. No por obligación, sino por amor, agradecimiento y temor reverente. Para el creyente, la devoción a Dios es de sumo gozo y alegría, sin embargo, para tener tal devoción y amor por Dios es necesario contar con el Espíritu Santo. Cornelio era un hombre temeroso y “devoto” (según la versión NVI) de Dios con toda su casa (Hechos 10:2), sin embargo, aun no tenia el Espíritu Santo (Hechos 10:44).

Otro ejemplo interesante es Nicodemo, quien aun siendo uno de los principales entre los fariseos, no sabia lo que era nacer de nuevo (Juan 3:1-15). Una devoción real, nos debe llevar a reflejar vidas ejemplares, que se gocen en el Señor, siendo esto posible solo cuando contamos con el Espíritu Santo. Solo a través de Su Espíritu podemos ser santificados y capacitados para tener una vida de devoción con el Padre.

Jesús ejemplo de devoción.

Desde muy niño Jesús fue ejemplo de devoción; Su vida giraba entorno al Padre, para Él, era necesario estar en los “negocios de su Padre” (Lucas 2:49); Su ministerio y vida estuvieron basados en una intima relación con Dios Padre; a Cristo no le importaba la fama, sino la labor que le había sido encomendada y Su conexión constante con el Padre en oración (Lucas 5:15-16). En otra ocasión, mientras sus discípulos iban en la barca, luego de despedir a la multitud “fue al monte a orar” (Marcos 6:46). Asimismo, en la última cena oró al Padre delante de sus discípulos (Juan 17:1-26); y en los minutos antes de su arresto, en medio de su angustia también oró en Getsemaní (Lucas 22:41). ¡Este es el mejor ejemplo de devoción que podemos tener!

Cristo vino al mundo y nos enseño a vivir según la voluntad del Padre y a amarlo. Su devoción debe inspirarnos a ser imitadores de Él. Su anhelo era complacer al Padre y cumplir Su voluntad, así mismo nuestro mayor gozo debe ser la persona de Cristo, su obra redentora y la esperanza que tenemos en Él.

Aplicación de una vida devocional

Como creyentes tenemos muchas practicas o áreas que evidencian nuestra devoción a Dios, existen libros hablando de ellas, sin embargo, solo mencionare algunas que debemos atender con sumo cuidado:

  • Nuestra intimidad con Dios: el Señor conoce nuestros corazones, a Él no le podemos engañar, pues conoce lo que pensamos y sentimos (1 Samuel 16:7), por eso, en la intimidad, debemos guardar nuestra integridad para con Dios, aunque nadie nos ve, nuestra devoción debe manifestarse en lo mas intimo de nuestro ser, porque reconocemos que el Señor nos capacita, nos da un nuevo corazón (Ezequiel 36:26) y una mente renovada para poder guardarnos en santidad aun en la intimidad (Romanos 12:1-2).
  • La oración: La oración es crucial, cuando leemos biografías de hombres que a lo largo de la historia Dios ha usado para edificar a Su iglesia y cuidarla, observaremos que sus vidas giraban en torno a Cristo y su motor era la oración. Hombres como Jonatan Edwards, Juan Buyan y Martin Lutero, son solo algunos ejemplos de vidas que nos impactan. Todos ellos tenían algo en común, su gran devoción por Dios y la oración ferviente.
  • La meditación de las escrituras: La lectura de la escritura y la meditación en ella, son primordiales y de suma importancia para nuestra vida devocional, la única forma de conocer a Dios y conocer lo que quiere para nuestras vidas, es a través de Su palabra. Pero no solo leerla, sino meditar y reflexionar en ella. Atesoremos y deleitemonos en la Palabra de Dios así como el salmista en el Salmo 1; el Salmo 119:15-16 nos anima a meditar, considerar y no olvidar la palabra de Dios. En ella debemos pensar de día y de noche.
  • Una vida santa: El estudio de 1 Pedro nos enseña que gracias a la obra de Dios, Jesús y el Espíritu Santo, podemos acercarnos al Padre y ser Santos porque Él lo es. Esto significa que debemos apartarnos del mal, seguir a Cristo y obrar en obediencia a Su Palabra.

Conclusión:

Amado hermano, te animo a considerar lo que la Escritura nos enseña sobre una vida de Devoción por Dios, si de verdad Él nos conoció, y nosotros decimos ser sus hijos, entonces nuestro anhelo debe ser pasar la mayor cantidad de tiempo posible con Él, adorarlo con toda nuestra vida, conocerlo a través de Su Palabra y obedecerlo. ¡Ánimo, no estas solo! Toda la iglesia de Cristo esta siendo edificada en Él, así como tú. Dios te bendiga.

Por Jesús Rivera

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