Escrito por Jorge Boscan

16 de octubre de 2021

1 Timoteo 2:1-8

El famoso puritano Thomas Brooks decía: «Una familia sin oración es como una casa sin techo, abierta y expuesta a todas las tormenta de los cielos».
Un predicador de nuestros días, haciendo referencia también a la oración dice:
«La oración es una parte esencial de la vida cristiana, sabemos que no hay nada que agregar a nuestra salvación, porque somos salvos por gracia, pero sí podemos decir con toda seguridad que todo hombre que ha sido salvado por la fe, muestra a través de la oración que ha sido partícipe de la nueva vida en Cristo».

El apóstol Pablo, comienza este segundo capítulo de la carta 1 Timoteo, exhortando a los hermanos de Éfeso a orar, porque es evidente que habían dejado de orar por los perdidos. Esta fue una de las razones, por las que Pablo le escribe a Timoteo, para que esta práctica volviera a ser una prioridad en la Iglesia del Señor. En este pasaje, vamos a destacar la importancia de la oración como Iglesia, pero antes de esto, debemos considerar la importancia de la oración individual. Porque si vamos a comprender la importancia que tiene el orar como Iglesia, lo tendremos que comprender en el contexto que le da Dios a la oración individual de cada creyente.
Un ejemplo de esto lo vemos en (Lucas 18:7), donde Jesús se refiere a sus elegidos como aquellos que claman a Dios día y noche. Siendo esto una característica especial que tienen los verdaderos elegidos del Señor. El apóstol Pedro, refiriéndose a lo mismo dice:

Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
1 Pedro 1:17

Si Dios es tu padre y has sido hecho participante de la naturaleza divina, la oración debe ser algo natural para los creyentes. ¿Por qué debe ser algo natural? Porque la Biblia dice:

«Habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Romanos 8:15
En otras palabras, todo verdadero creyente habla espontáneamente a través de la oración con su Padre Celestial.

la importancia de la oración en la Iglesia

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;

1 Timoteo 2:1

Pablo inicia este texto dándole una serie de exhortaciones a Timoteo, que tenían que ver con el culto público y manejo de la Iglesia. Lo primero que hace Pablo es exhortar a Timoteo, a tener en cuenta la importancia que tiene la oración en la Iglesia. Cuando leemos “ante todo”, no significa que Timoteo lo primero que debía hacer era orar al comenzar el culto, aunque es importante hacerlo. Pero, como dijo un comentarista, hablando sobre esta frase “ante todo”, él dice que esta palabra no enfatiza prioridad de tiempo, sino de dignidad. En otras palabras, lo que Pablo nos está diciendo: es que la oración unánime del pueblo de Dios, reviste de mucha importancia la vida de la Iglesia.
Es importante destacar, que solo hay dos ocasiones en el NT, en las que el Señor Jesucristo, menciona la palabra Iglesia. Esto lo leemos en el evangelio de (Mateo 16:18 y 18:17) en esta última referencia de Mateo 18:17, es interesante, porque el Señor después de haberle dado a la Iglesia la potestad de juzgar entre sus miembros, habla de la oración unánime diciendo:

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Mateo 18:19-20

En este pasaje encontramos una gran promesa para la Iglesia, a pesar de que la Iglesia aún no estaba fundada cuando Jesús dice estas palabras. Él promete que cuando dos o más se ponen de acuerdo en una petición, Dios el Padre responderá la oración de su pueblo. Por esto, en Hechos 2, cuando el Espíritu Santo viene en el día de Pentecostés, y nace la primera Iglesia cristiana, la oración unánime o corporativa ocupaba en el pueblo de Dios un lugar primordial.

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Hechos 2:42


Es interesante lo que menciona este pasaje, porque cuando aquí habla de la oración, no está hablando de la oración individual, sino de la oración como pueblo de Dios. Cuando nosotros oramos de manera unánime, es el único momento en que manifestamos como cuerpo la confianza y dependencia de Dios. En otras palabras, una iglesia que no ora adecuadamente, está desprendida de la principal fuente de poder que Dios le ha dado. Un ejemplo de oración unánime lo vemos en Hechos capítulo 4, donde la Iglesia va delante de Dios a orar por el momento de peligro y persecución por el cuál estaban pasando los discípulos.

Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
Hechos 4:23-24

LA NATURALEZA DE LA ORACIÓN EN LA IGLESIA

Pablo usa cuatro palabras para describir la naturaleza de la oración corporativa. La primera de ellas es:

1) Rogativas: se deriva de un término que significa estar en necesidad. Es decir, nos presenta la oración como ese clamor que brota de un corazón que está consiente de su necesidad, al mismo tiempo que está consiente que el soberano Dios, es la única fuente que puede suplirla. En el contexto de la Iglesia, pudiéramos decir que es una iglesia que no está confiada en la capacidad de sus pastores, sino que es una iglesia donde su confianza está puesta en Dios, y que entiende que sus predicadores son unos pobres mortales, que si no fuera por la ayuda de su Espíritu no podrían edificar a nadie.

2) Oraciones: se puede definir como todo discurso reverente que dirigimos a Dios. El énfasis que le da Pablo a esta palabra, es que esa oración corporativa, debe ser un discurso reverente y de adoración a Dios en nuestros ruegos.

3) Peticiones: significa reunirse para conversar con alguien, o tener libre acceso para rogar por alguien. En otras palabras, Pablo le está diciendo a la Iglesia aquí, que utilicen esa libertad que tiene para acercarse al trono de la gracia de Dios, para interceder por otras personas.

4) Acciones de gracias: esta palabra es interesante, porque complementa el círculo de la oración corporativa. Ya que las bendiciones vienen de Dios, y nosotros se las devolvemos a Él en acciones de gracias.
Por tanto, lo que vemos en estas cuatro palabras es que la oración corporativa y unánime del pueblo de Dios, debe brotar de un corazón necesitado o de una iglesia necesitada que reconoce a Dios, como la única fuente de bendición.

EL ALCANCE DE LA ORACIÓN

Pablo también le dice a Timoteo, cuál era el alcance que debía tener la oración en la Iglesia, y es por esta razón, que Pablo le dice a Timoteo que tenga cuidado con los falsos maestros, que no sólo querían enseñar falsas doctrinas, sino que también tenían un espíritu exclusivista que lleva a la Iglesia a ocuparse solamente de algunas personas. No obstante, Pablo le dice que la Iglesia debe orar por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en eminencia… 1 (Timoteo 2:1-2)

Cuando vemos en este contexto que Pablo le dice a Timoteo, que deben orar por todos los hombres, no está hablando de manera literal sino general. Es decir, la Iglesia del Señor está encomendada a orar por los ricos y pobres, negros y blancos, libres y esclavos, cristianos y no cristianos. Ciertamente, la salvación la da el Señor. Sin embargo, uno de los medios de gracia que Dios utiliza es la oración intercesora y evangelista de su pueblo para salvar a los pecadores.
Un ejemplo de esto lo vemos en Números capítulo 11, cuando Moisés intercede por los judíos que habían pecado contra Dios.

Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió.

Números 11:1-2

En este pasaje vemos a Moisés, el gran líder sacando a su pueblo adelante, orando por un grupo de personas inconversas.
También en 1 Samuel, después que el pueblo había pecado contra Dios pidiendo rey, cuando éstos se dieron cuenta del pecado que habían cometido contra Dios, le pidieron a Samuel que intercediera por ellos y Samuel dijo:

Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.

1 Samuel 12:23

Es interesante lo que dice este texto, porque Samuel dice que no va a pecar contra Dios, al dejar de orar por ellos.
Otro ejemplo y quizás uno de los más claro lo vemos en Romanos 10, donde Pablo habla de la elección del pueblo de Israel, éstos se habían alejado del plan de Dios matando al Mesías. El apóstol Pablo, tenía bien claro que Dios momentáneamente había desechado al pueblo de Israel. Sin embargo, nunca cesó de orar por ellos, sino más bien su oración a Dios por ellos era para salvación.

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.

Romanos 10:1

Partiendo de estos ejemplo, y de lo que Pablo le dice a Timoteo sobre el deber de orar por todos los hombres. Nos damos cuenta que la iglesia está llamada a orar por los judíos y venezolanos, justos e injustos, por los salvos y pecadores.
¿Por qué la Iglesia está llamada a orar por todos los hombres? Pablo nos da cuatro razones para hacerlo.

a) Para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. (1 Timoteo 2:2). La cual es propicia para la expansión del evangelio.

b) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. (1 Timoteo 2:3-4). Cuando la Iglesia del Señor ora por todos los hombres, está haciendo algo que Dios considera excelente, agradable delante de sus ojos. Por esta razón, cuando su pueblo se humilla, Dios se complace en la salvación de los pecadores. Porque ésta es su voluntad, que todos los hombres sean salvados y vengan al conocimiento de la verdad.

C) Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. (1 Timoteo 2:5-6). En otras palabras, la Iglesia del Señor debe orar por todos los hombres, porque Jesucristo es el único mediador que existe en todo el universo, para que el hombre sea salvo de la justa ira de Dios padre. Porque sólo Cristo, fue el único que vivió una vida perfecta, sin pecado y aplacó la ira de Dios. Por tanto, ni María, ni José u otro santo adorado por la raza humana, puede dar salvación, porque sólo Cristo puede salvar.

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Hechos 4:12

d) Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. (1 Timoteo 2:7). Pablo le está diciendo a Timoteo, que debían orar por todo tipo de hombres, y no solamente por los judíos como estaban enseñando los falsos maestros. Porque Dios, no solamente quiere salvar a la raza judía, él quiere salvar a todo el mundo.

El modo correcto de la oración en la Iglesia

Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.

1 Timoteo 2:8

Pablo enseña que el modo correcto de orar en la Iglesia, en primer lugar, debe ser de manera reverente, en segundo lugar, los encargados de dirigir las oraciones deben ser hombres santos, que no alberguen en sus corazones ni ira ni contienda.

CONCLUSIÓN

Cuando estudiamos un pasaje como 1 Timoteo 2:1-8, inmediatamente nos damos cuenta de lo importante que es la oración como Iglesia. Quiero que reflexionemos en estas preguntas. ¿Estamos como Iglesia dándole a la oración la misma importancia que Dios le da? ¿Como persona y miembro de la Iglesia Bíblica Metropolitana, estamos haciendo los esfuerzos posibles para estar unidos como un solo cuerpo, clamando a nuestro majestuoso Dios? ¿O somos de los que inmediatamente buscamos una excusa para no asistir a la oración? Quiero recordarte, que la oración es el único medio, por el cual podemos tener acceso ante el trono de gracia, y reconocer nuestra confianza y dependencia absoluta que tenemos en él. Dios nos ayude, a que nunca lleguemos al punto donde le digamos a Dios con nuestra actitud, no te necesito. Por tanto, en medio los desafíos que tengamos como Iglesia:

Estén siempre gozosos. Orad sin cesar.

1 Tesalonicenses 5:16-17

Por Pr. Denys Payen

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