Escrito por Jorge Boscan

25 de diciembre de 2021

LEER TITO 2:11-15

CONTEXTO 

La epístola de Pablo a Tito es una de las tres cartas llamadas “pastorales”, junto a las dos que fueron escritas a Timoteo, y guarda una importante relación con la primera de estas cartas. Timoteo y Tito fueron considerados por Pablo como verdaderos hijos en la fe, y fueron dos de sus más valiosos colaboradores. 

Tito fue enviado por el mismo apóstol Pablo a Creta, para “corregir lo deficiente”; esto incluía: ordenar la iglesia de Dios, mediante el establecimiento de ancianos y diáconos, cuyos perfiles de conocimiento doctrinal y conducta cristiana fuesen idóneos para dirigir bien a la iglesia local (Tito 1:5-9), y confrontar a los falsos maestros que buscaban engañar a la iglesia y aprovecharse de ella (Tito 1:10-12).

Además de ordenar a la iglesia local, la tarea de Tito implicaba exhortar a los creyentes, de todas las edades y condición socioeconómica, a mostrar una conducta sobria, íntegra, digna del evangelio. En este contexto, la SANA DOCTRINA no se evidencia a través de un conocimiento teológico amplio y correcto, sino mediante una CONDUCTA VERDADERAMENTE CRISTIANA. Pablo anima a Tito a enseñar que es el comportamiento correcto, movido por las motivaciones correctas, la evidencia de que los cretenses entendían y vivían la sana doctrina, y esto era aplicable a todos: hombres y mujeres de edad avanzada (ancianos), adultos jóvenes, solteros y casados; y aún aquellos que estaban en servidumbre a otros, sin importar si sus amos eran creyentes o no. Todos debían comportarse como es digno del evangelio (Tito 2:1-10).

   Pero, ¿Por qué? ¿Por qué tendría un esclavo cristiano que sujetarse a su amo? ¿Por qué un anciano debía ser íntegro? ¿Por qué una anciana debía evitar el chisme (y enseñar lo mismo a las más jóvenes), y sujetarse a su esposo? ¿Por qué debía un joven ser prudente y, más aún, Tito mostrase ejemplar en su conducta? Esto es lo que Pablo argumenta a continuación.

VERDAD CENTRAL (Lea nuevamente Tito 2:11-14)

La gracia de Dios nos salva y nos capacita para vivir piadosamente en este tiempo, como es digno de Aquel que nos redimió, y que ha de venir a buscar a los suyos.

  • PRINCIPIOS EXTRAÍDOS DEL TEXTO
  1. Es la Gracia de Dios la que nos trae salvación.

Pablo afirma que la salvación del hombre era por Gracia de Dios, un regalo que el hombre no merecía, pero que Dios concedía a aquel que creyera en Cristo; y este mensaje es para todos los hombres, no solo para los judíos (Hechos 2:39; Tito 2:11)

  1. Esa misma Gracia de Dios, no solo salva, sino que también enseña al creyente a vivir piadosamente.

La Gracia de Dios no solo nos salva, sino también nos enseña a vivir piadosamente; y la piedad es entendida en este pasaje como la aplicación práctica del evangelio. En este sentido, ella nos instruye de dos maneras:

  • Nos enseña A QUÉ DEBEMOS DECIR NO: impiedad y deseos pecaminosos. Los cretenses llegaron a ser descritos por uno de sus poetas como personas: “mentirosas, malas bestias, glotones y ociosas” (Tito 1:10). Pablo usa este mismo término para hablar de las pasiones carnales (Gálatas 5:16,24). La Gracia de Dios enseña a NO vivir de este modo.
  • Nos enseña LO QUE SÍ DEBEMOS HACER: vivir de manera sobria, justa y piadosa; y hace un énfasis importante: en este tiempo (o en este siglo). El comportamiento del creyente debe ser ejemplar, en el aquí y ahora. 
  1. La gracia de Dios afirma al creyente en la esperanza de la gloria venidera

La Primera Manifestación (Venida) de Cristo reveló Su Gracia (Tito 2:11): el mensaje del Evangelio que trae salvación. Ahora, la Segunda Manifestación (Venida) de Cristo mostrará plenamente la Gloria de Dios, y allí los que creyeron en Él le verán tal cual es, serán como Él y estarán para siempre con Él (1 Tesalonicenses 4:17-18).

  1. Solo por Gracia, Cristo redime al creyente y le hace pueblo Suyo, un pueblo con verdadera identidad

Pablo insiste en el fundamento de la sana doctrina: que Cristo entregó Su vida para salvar a todo el que cree en Él. Él compró con Su sangre la vida de los que ahora son hijos Suyos, los que antes estaban muertos en delitos y pecados (Efesios 2:1), para darles una nueva condición: redimidos, salvados, purificados, justificados, santificados; y lo hizo por amor, para tomarlos para Sí mismo; lo hizo para gloria Suya, no de ellos; lo hizo para hacer de ellos un pueblo propio (Él es el Dueño), que sepa y anhele conducirse como es digno de quien lo compró. 

De modo que, las buenas obras que anhelan hacer sus hijos no son el producto de impulsos egoístas del corazón, que les obligan a cumplir reglas externas para obtener de Dios algún beneficio; sino que son el resultado de un corazón que ha sido verdaderamente transformado, que está apasionado por Dios y desea genuinamente agradarle.

  1. Enseñar esto es responsabilidad de la iglesia local

La expresión: nadie te menosprecie, apunta a Tito, quien debía saberse enviado por Dios, para esta tarea; y también a las iglesias de Creta, para recordarles porqué estaba Tito en medio de ellos, y la autoridad espiritual que tenía para hacer allí las cosas que hacía. 

No deja de resultar curioso que desde la iglesia local pueda haber menosprecio hacia quienes Dios ha puesto en el liderazgo para enseñar y ordenar las cosas en ella.

APLICACIÓN PARA EL CREYENTE

  1. ¿Qué implicaciones tiene para nuestra vida presente (no solo pensando en la eternidad) que Dios nos ha dado salvación?
  2.  ¿Qué significa para el creyente “la sana doctrina”? ¿Es solo un conocimiento teológico correcto, o es, también, vivir realmente conforme al evangelio revelado en las Escrituras?
  3. Como creyentes, ¿de qué manera la gracia de Dios nos capacita para vivir de manera piadosa?
    1. Cuando te encuentras en una situación en la cual pudieras comportarte de un modo NO PIADOSO, ¿rechazas esa conducta, o permaneces en ella? 
    2. Si la rechazas, ¿cuáles son tus motivos?

Piensa por un momento en todas las maneras que puedes usar para rechazar comportamiento no piadoso. Puedes decir: 

  • No – porque me veré mal. 
  • No – porque me excluiré de los círculos sociales a los cuales quiero pertenecer.
  • No – porque entonces Dios no me dará salud, riqueza y felicidad.
  • No – porque Dios me enviará al infierno.
  • No – porque me odiaré en la mañana y perderé la autoestima.

 Realmente todos estos incentivos usan impulsos egoístas del corazón para obligar el cumplimiento de reglas externas, pero hacen muy poco para cambiar el corazón como tal. El motivo detrás de ellos no es el amor por Dios. Es una forma de usar a Dios para recibir beneficios: autoestima, prosperidad o aprobación social.

 Pablo no anima a sus lectores a usar ninguno de estos argumentos para tratar de cambiar su vida. En el pasaje en Tito, ¿cómo invita a cristianos a crecer en dominio propio? Pablo afirma que es la “gracia de Dios que trae salvación. . . [que] nos enseña a rechazar la impiedad” (Tito 2:11-12, [NVI]). Pablo dice que si quieres cambio verdadero, necesitas dejar que el evangelio te enseñe. Esta palabra que traducimos enseñar es una palabra griega que significa entrenar, disciplinar y capacitar a lo largo de un periodo de tiempo. En otras palabras, necesitas dejar que el evangelio discuta contigo. Necesitas dejar que el evangelio penetre profundamente hasta que cambie tu punto de vista y la estructura de tu motivación. Necesitas ser entrenado y discipulado por el evangelio.

Tim Keller, Center Church [La iglesia centrada], Grand Rapids: Zondervan, 2012, p. 92. Pasaje traducido por Jonathan Boyd.

  1. ¿De qué manera la gracia de Dios capacita al creyente para vivir con esperanza, en tiempos de angustia y de crisis mundial?
  2. ¿Cuál es nuestra actitud con respecto al liderazgo que Dios ha puesto al frente de la iglesia local, cuando somos instruidos o exhortados? 

CONCLUSIÓN

    Como iglesia de Cristo somos llamados a regocijarnos en Su salvación, conducirnos piadosamente y vivir gozosos, abrazando la esperanza de la eternidad con Cristo en gloria. Las aflicciones de este mundo son temporales, pero Dios es Eterno, y por Su gracia reinaremos con Él en la eternidad.

    ¿Vivimos conforme a estas verdades, o somos de los que la menosprecian?

Que Dios nos permita vivir en Su Gracia, y ser enseñados por ella a vivir sobria, justa y piadosamente, en este año 2022.


Por Andres Parra

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