Leer: 1 Timoteo 6:11-16
El Ironman (hombre de acero), es el nombre de una competencia de triatlón difícil y famosa en el mundo. La misma consiste en nadar 3.86 kms, seguida por ciclismo donde los competidores hacen un recorrido de 180 kms, y terminan corriendo un maratón de 42 kms, es interesante esta competición porque todo esto ocurre en menos de 17 horas. Los atletas comienzan a las 7 am a nadar y tienen hasta la medianoche para terminar. Todos los que acaban la carrera se consideran ganadores y reciben el honor de ser llamados Ironman (hombre de acero).
Hay un paralelo entre esto y el pasaje que estudiaremos. El apóstol Pablo, comienza este pasaje diciendo a Timoteo, no que era un ironman (hombre de acero), sino un hombre de Dios. El hombre de Dios, es la persona que Dios llama a su servicio para predicar y vivir una vida conforme a su voluntad. En muchas ocasiones, en la Biblia se le describe como un atleta que desarrolla una disciplina tan rigurosa como la de un atleta de triatlón. Pablo como un buen maestro exhorta a su hijo Timoteo, como hombre de Dios, a cumplir con una serie de imperativos y responsabilidades, que caracterizan a los verdaderos hombres de Dios. Es mi tarea, meditar junto a usted, sobre algunas características e imperativos que Pablo demanda a Timoteo, los cuales siguen vigentes y aplicables a nosotros como hombres y mujeres de Dios.
HUYE DE ESTAS COSAS
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
1 Timoteo 6:11
El primer imperativo, que Pablo le da a Timoteo: «Huye de estas cosas» en otras palabras, ponte fuera de peligro y busca un lugar seguro. Por ejemplo, si vamos por la calle y nos encontramos con un león que se viene aproximando a nosotros. ¿Qué haríamos? ¿correríamos al león o correríamos nosotros? Ciertamente vamos a correr nosotros, esta es la idea que Pablo quiere mostrar a Timoteo. Pero, ¿de qué cosas debe huir Timoteo? En los textos anteriores, Pablo muestra un cuadro que caracteriza a los falsos maestros.
1) Los falsos maestros son identificados por enseñar doctrinas que no son conformen a las sanas palabras del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
2) Están envanecidos, ellos son el centro de sus enseñanzas y las estrellas del universo.
3) No se contentan con la piedad, más bien, la usan como fuente de ganancia, de tal forma que terminan adorando y amando al dinero más que a Dios.
También el apóstol Pablo, amplía un poco más la lista en 2 Timoteo 3:2-5, donde se puede observar con más detalles la maldad de estos falsos creyentes.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
2 Timoteo 3:2-5
Esta son las cosas de las cuales un hombre y una mujer de Dios debe huir. Deben huir de las falsas enseñanzas que no son conforme al evangelio, del envanecimiento o vanidad y del amor al dinero. Fíjense que el «huir» acá no es opcional, es un imperativo que debe cumplirse inmediatamente sin pensarlo. Ahora, el hombre y la mujer de Dios, no solo se conocen de lo que huyen, sino también por lo que persiguen.
SIGUE
El segundo imperativo o responsabilidad «sigue» en otras palabras, buscar celosamente. La idea de esta palabra es correr rápidamente para alcanzar algo con prontitud, es decir, hacerlo de manera inmediata y al mismo tiempo de manera cuidadosa. Ahora, según 1 Timoteo 6:11 ¿qué deben buscar celosamente los hijos de Dios? Al leer, notamos que Pablo, da una lista de lo que todo hombre o mujer de Dios debe buscar celosamente.
√ La justicia: cuando Pablo, habla de justicia tiene que ver con lo recto, equitativo, tiene que ver con nuestra conducta, actitud y pensamiento. Los cristianos somos personas instruidos en la justicia. (2 Timoteo 3:16), debido a que tenemos la palabra de Dios y seguimos al juez justo. (2 Timoteo 4:8), Debido a que seguimos al Señor, debemos hacer «justos juicios» como dice nuestro Señor Jesucristo:
No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
Juan 7:24
Un ejemplo de justicia, es que si somos empleadores, debemos ser justos con los trabajadores, y si somos trabajadores nosotros debemos servir justamente a los empleadores. Por lo tanto, la justicia es todo lo que un verdadero hijo de Dios debe seguir.
√ La Piedad: Esta palabra tiene que ver con devoción, tiene que ver con buscar a Dios. Hacer las cosas que a Dios le agradan, al mismo tiempo tiene de mostrar una actitud de hacer lo que sea necesario para obedecer al Señor y hacer su voluntad, y esto implica esfuerzo, sacrificio, dolor, porque para ser piadoso el camino no es fácil. Pablo lo ilustra de esta manera:
Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
1 Timoteo 4:7-8
√ La fe: Esta palabra significa, alguien que es sustentando por Dios, alguien que pone toda su confianza en las promesas del Señor. Ahora, ¿por qué nosotros podemos confiar en las promesas de Dios? Porque nosotros hemos sido testigos oculares del cumplimiento de sus promesas, porque sabemos que lo que Dios dice en su Palabra, es verdad. Sabemos que Dios no miente, y todo lo que dijo se cumplira en su tiempo. Ahora, ¿de donde viene la fe? Pablo nos responde:
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17
Por tanto, si queremos crecer en fe y confianza en Dios, necesitamos venir a la Palabra de Dios todos los días. Reconocer sus promesas, para confiar en Él, de la manera que Él quiere. El hombre y la mujer de Dios, se caracterizan porque siguen la fe y perseveran en ella.
√ El Amor: Esta palabra significa benevolencia, sacrificio. No hay otro ser en el mundo que nuestro Señor Jesucristo, para ilustrar el amor. Pablo dice:
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8
El amor de Dios, no consiste en tratar bien, a los que nos tratan bien. Jesús dice:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Mateo 5:44
Por tanto, este es el amor que debemos mostrar como hijos de Dios. No el «falso amor» que hoy día nos muestra nuestra pervertida sociedad. Hoy podemos ver en todo el mundo, los distintos escenarios del «falso amor». Ejemplos: Hombre mata a su mujer porque se acabo el «amor», mujer aborta por «amor», se casan parejas homosexuales por «amor», algunos falsos predicadores dicen: «un Dios de amor no puede enviar a nadie al infierno». Esto nos indica que debemos tener sumo cuidado de cómo estamos usando esta palabra amor, teniendo presente que el amor es el distintivo del cristianismo.
√ La paciencia: Esta palabra significa resistir o aguantar alegremente. Sin duda, todas las características antes mencionadas hay que cultivarlas. Sin embargo, para ello necesitamos de la virtud de la paciencia. Debido a que no es posible buscar la justicia sino tenemos paciencia, ni practicar la piedad si esperamos resultados rápidos, ni perseverar en la fe sino tenemos paciencia. Además hay que añadir a esto, que en la sociedad donde nos movemos no promueve nada de paciencia; porque si quieres comunicarte con alguien lo haces rápidamente, todo lo puedes obtener rápido ¿Para qué esperar? Sin embargo, como cristianos sabemos que la paciencia es parte esencial del cristianismo. Por tanto, la paciencia nos enseña a esperar en Dios y su plan soberano, la paciencia nos invita a gozarnos en Dios, pase lo que pase.
√ La mansedumbre: Esta palabra significa gentileza, humildad. Ser manso o humilde no significa que es alguien que es pisoteado por todas las personas. Ser manso o humilde es alguien que sabe quién es. Sabe que es un pecador redimido por Jesús, y que ahora es amado por Dios. Incluso el apóstol Pablo, enseña que el siervo de Dios, debe ser manso y corregir a los que se oponen al evangelio:
que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
2 Timoteo 2:25
PELEA LA BUENA BATALLA DE LA FE
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
1 Timoteo 6:12
El siguiente mandato que Timoteo debía obedecer. «pelea la buena batalla de la fe» esta frase tiene que ver con lucha, pero también esta palabra nos muestra el luchar con empeño, hasta el cansancio, luchar hasta la muerte. En la primera carta de Pedro, nos muestra la condición en la que nos encontramos diariamente como creyentes, y esta condición es una clara guerra contra el reino de las tinieblas. Por esta razón la Biblia dice:
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
1 Pedro 5:8
La Biblia nos habla de Satanás, como nuestro adversario o el enemigo de nuestras almas, y Pedro lo compara como un león rugiente que está detrás de su presa para devorarlo. Por tanto, como cristianos somos llamados a ser sobrios, a velar y resistir firmes en la fe. Con el propósito de salir victoriosos en cada batalla.
ECHA MANO DE LA VIDA ETERNA
El cuarto imperativo que le da Pablo a Timoteo. «echa mano de la vida eterna». Esto no quiere decir que la salvación depende del hombre y de sus obras. No obstante, su significado tiene que ver con ese anhelo de crecer cada día más en el Señor. Como el apóstol Pedro, dice:
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
1 Pedro 2:2
También tiene que ver con lo que el apóstol Pablo, le exhorta a los hermanos de Filipo al decirles:
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Filipenses 2:12-13
GUARDA EL TESTIMONIO
El quinto imperativo, que Pablo le manda a Timoteo, «guarda el testimonio». En primer lugar, Timoteo tenía la responsabilidad de guardar el testimonio delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo (1 Timoteo 6:13). Es interesante notar, que todos los hombres y mujeres de Dios, tenemos a Dios como testigo para guardar el testimonio. Pero también nos lleva a examinar nuestro testimonio, porque un día estaremos delante del Señor y tendremos que dar cuentas de esta responsabilidad delante de Él. En segundo lugar, Pablo le muestra a Timoteo el mejor ejemplo a seguir, nuestro Señor Jesús. Quién teniendo en frente a Poncio Pilato, dio testimonio de la buena profesión. Jesús sabía que le costaría la vida, pero Él no se abstuvo de confesar que en verdad era Rey y Mesías, y le dijo a Pilato:
Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
Juan 18:36-37
Todos los hijos de Dios, estamos llamados a cumplir con la responsabilidad de predicar el evangelio con fidelidad y dar testimonio de la verdad, aunque nos cueste la vida como a Jesús.
Este mandato, debe guardarse sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesuscristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
1 Timoteo 6:15-16
CONCLUSIÓN
Todos los hombres y mujeres de Dios, estamos llamados a entender las responsabilidades que Dios nos ha dado. El pasaje de 1 Timoteo 6:11-16, nos anima a entender que necesitamos guardar el testimonio, compartir el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, con fidelidad, pureza y pasión; porque esto traerá Gloria y honra a nuestro Dios.
Por Pr. Denys Payen