Una fe bien plantada

Cuando trascurrían los primeros días de la cuarentena anunciada para evitar la propagación y contagio del virus en el país; Jonatán (mi hijo de 6 años) me sugirió tomar algunas semillas para plantarlas en el jardín de casa, siendo la propia actividad divertida y reflexiva para estos días. Hicimos pequeños surcos, preparamos el terreno e iniciamos la siembra. Algunas partes del terreno eran irregulares y arenosas; sin embargo, estas también fueron regadas con las semillas de manera que todo el pequeño terreno recibiera una uniforme siembra.

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